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En principio serían lo mismo que para la ciencia, es decir, aquellos bienes materiales y servicios que proporciona la naturaleza sin alteración por parte del ser humano y que son valiosos para las sociedades humanas por contribuir a su bienestar y desarrollo de manera directa (materias primas, minerales, alimentos) o indirecta (funciones ecológicas indispensables para la continuidad de la vida en el planeta).
En este post me centraré en los animales, cada vez más, hay un movimiento de personas que luchan contra la explotación animal a través de su alimentación vegetariana o vegana, este artículo no pretende juzgar a nadie por su forma de alimentarse, sino concienciar sobre el tema desde mi opinión.
Al pensar en los principios éticos de la Permacultura y comprender que somos una parte más del ecosistema, se hace necesaria la aclaración de que no vemos a los organismos como meros recursos contables, que se pueden medir y explotar simplemente en favor de la humanidad.
Cuándo quieres reconectar con la Naturaleza es fácil entender que cuidarla es claramente favorable a los intereses humanos, sin embargo va más allá, la vida tiene que ser respetada simplemente por el hecho de serlo. Es por ello que la Permacultura vela porque los recursos biológicos, se usen de manera que los organismos implicados puedan desarrollarse de forma natural, cumpliendo sus necesidades de todo tipo, en ambientes donde sus características específicas sean tomadas en cuenta y sin afectar a otros recursos biológicos o la Naturaleza en general. La Permacultura busca la regeneración de la Naturaleza en la cual estamos incluidos, usando sus patrones, sus ritmos, sus estrategias y utilizando nuestras capacidades naturales para generar de la misma forma que lo hace ella.
Si analizamos los recursos biológicos como algo que simplemente podemos manejar pensando en que no se acaben, caemos en el error de ir en contra de nuestros propios intereses como especie. La incomprensión total de la Naturaleza, la cual nos creemos gobernar falsamente cuando solo nos acercamos a empezar a entender su infinita complejidad, nos lleva a vernos abocados a la extinción según las mismas leyes de la Ecología que hemos podido observar y describir gracias al método científico.
En vez de actuar como si la Naturaleza fuera un simple almacén, del cual podemos sacar lo que queramos y usarlo a nuestro antojo como si nos perteneciera, la Permacultura camina y evoluciona con ella, no en su contra, intentando comprender sus flujos, sus ciclos, su complejidad y sobre todo las interconexiones que existen entre sus elementos, para que nuestra especie como el resto, podamos vivir en su abundancia y retroalimentarnos con ella.
Animales de granja (domesticados y seleccionados por el ser humano desde hace miles de años)
Cuando queremos introducir animales en nuestro diseño, las más populares por sus productos son las gallinas, tanto sus huevos como su carne forman parte de la alimentación de la mayoría de las personas.
En Permacultura la gallina es quizá uno de los elementos de diseño más utilizados, es normal ya que aparte de los productos alimenticios nos brindan multitud de servicios ecosistémicos si las respetamos y sabemos manejarlas bien. Estos servicios van desde la producción de estiércol y compost de alta calidad, reciclaje de muchos de nuestros desechos de la cocina, hasta el control de plagas y hierbas. El dibujo muestra el análisis permacultural del elemento gallina, uno de los más famoso entre las personas que conocen la Permacultura y es que este dibujo sirve como herramienta para explicar muchas cosas cuando te dedicas a difundirla.
¿Cómo hacemos para que las gallinas estén bien, vivan una vida digna con nosotras y aprovechemos la cantidad de recursos que nos ofrecen?
Lo primero es pensar en su ubicación, en primer lugar hay que pensar en el diseño de su casa y corral, aquí pasarán muchas horas, será su refugio principal ante las inclemencias del tiempo y además será donde tendremos que invertir más tiempo tanto de mantenimiento (limpieza de instalaciones, alimentación, agua, control de su salud, etc.) como para recoger sus productos (huevos, gallinácea, plumas, etc.) Por ello es indispensable pensar en muchos factores que harán que estén felices en su casa y nosotros también.
Un gallinero bien diseñado tendrá en cuenta el tamaño de las instalaciones según el número de gallinas que queramos tener y que el terreno pueda soportar. Los materiales que usaremos para su construcción tienen que seleccionarse haciendo un balance entre su huella ecológica y su salubridad para las gallinas, los humanos y el planeta. Los gallineros de madera son preciosos y calentitos pero no solo para ellas también para muchos de sus parásitos externos, por lo que si elegimos este material hay que asegurarse de no dejar recovecos para este tipo de animales (grietas, juntas, etc), si no podrán sufrir infecciones parasitarias graves.
Por otra parte hay que pensar en cómo les gusta dormir a las gallinas, salvo en el periodo de cría las gallinas salvajes duermen encima de los árboles, así evitan a los depredadores del suelo, el frío y algunas infecciones. Las gallinas domésticas buscan dormir en altura por instinto, por eso lo habitual es ponerles barras o perchas para que se suban a dormir. Estas tienen que tener en cuenta el tamaño de sus pies y se puede pensar también en que nuestras amigas defecan bastante por la noche, así que tanto para la limpieza como para aprovechar sus heces es interesante unir este elemento a otro ya sea paja debajo para secar y aprovechar después o algo más elaborado como una lombricompostera, así nos ahorramos energía en limpieza y transporte de heces. Las lombrices harán de estos excrementos y otros desechos que les aportemos un rico humus para nuestros cultivos (ejemplo del principio de diseño ubicación relativa).
La alimentación y el acceso a agua limpia es otro factor muy importante, comederos y bebederos que nos regalen tiempo y sean limpios, sistemas de cultivo de hierbas en jaulas que ofrezcan forraje a las gallinas sin que estas acaben con las hierbas hasta la raíz o cultivo de árboles frutales dentro del gallinero que les den comida, sombra, refugio y sirvan para naturalizar el corral. También es ideal recoger el agua de los techos para usarla en los bebederos.
La alimentación está muy relacionada con una vida digna y sana, pensar que nuestras gallinas estarán bien viviendo solo en el gallinero no es muy permacultural, lo ideal es que tengan una vida en semilibertad, así además de respetarlas podremos aprovechar más sus servicios en nuestros proyectos y ahorrar en suplementos alimenticios. A las gallinas les encanta pasar el día picoteando hierbas, escarbando en el suelo en busca de semillas e insectos, les gusta comerse los frutos que caen al suelo y las larvas que se alimentan de estos. Por este motivo son muy utilizadas en el control de plagas y de hierbas, además mientras lo hacen van fertilizando el suelo con sus excrementos y labrando en su justa medida, así que como podemos ver sacar a las gallinas del gallinero tiene muchas ventajas.
Hay que tener en cuenta que sacar a las gallinas es ventajoso si lo hacemos de manera controlada, si no, destrozan cultivos, erosionan el suelo y nos traerán más problemas que beneficios. Por eso es muy importante diseñar bien la jugada, por un lado hay que tener en cuenta los tiempos, cuando las dejamos acceder a las diferentes zonas y durante cuánto tiempo. Si las dejamos acceder a los frutales después de haberlos cosechado no se comerán las frutas de los árboles, si las dejamos entrar a las zonas de pastos de manera que solo puedan estar en pequeñas parcelas por tiempo limitado y de manera rotativa, enriquecerán el suelo y harán el pasto más resiliente y diverso, además también se pueden sincronizar con animales herbívoros como vacas para pasar después de estas y obtener una buena fuente de proteína a partir de las larvas de moscas que se alimentan de la caca de vaca. Por otro lado hay que pensar en proteger las zonas o cultivos por donde no queremos que pasen, para esto las vallas fijas o móviles, tracto-gallineros, túneles y setos nos serán de gran ayuda si lo diseñamos bien desde el principio.
Otra cosa que tenemos que tener en cuenta es que al igual que los humanos hay muchos animales a los que les encanta comer gallinas, la seguridad de estas tiene que ser bien diseñada tanto en el gallinero como mientras se dejan sueltas, las vallas del gallinero estarán diseñadas para tal efecto, con una buena altura y si es posible partiendo de al menos 20 cm por debajo del suelo, si a esto le añadimos un mortero ecológico de cal mejor que mejor. Pero aún así no hay que fiarse, los carnívoros son muy astutos y además también tenemos que respetarlos, por lo que no vale poner trampas o sistemas disuasorios muy violentos. Los perros son la mejor opción de disuasión sin duda y la más antigua, de hecho es el origen de nuestra larga relación, ellos son además de nuestros mejores amigos, un recurso biológico de gran importancia para mantener animales de granja, si no los fracasos y los sentimientos pueden llevarnos a querer exterminar a los depredadores como históricamente hemos hecho. Hay que asumir que si tenemos animales en semilibertad en sitios donde puede haber fauna silvestre que venga a comer a nuestro vergel, sufriremos algunas pérdidas, pero yo lo veo como un tributo que tenemos que pagar por ocupar la tierra y diseñar en favor de nuestros intereses. Esto también es aplicable para los vegetales y las plagas lo que buscamos es que haya un equilibrio no que solo coma o viva quien nosotras decidamos. Pensar en producir un excedente para la fauna salvaje de todo tipo hará que no nos suponga un descalabro en la producción que necesitamos según cada proyecto. Además no solo hay que verlo como una pérdida sino que está fauna nos trae sus beneficios en forma de diferentes recursos biológicos.
En sitios con estaciones frías es interesante adherir un invernadero en la pared soleada del gallinero, de forma que podamos aprovechar el calor y el dióxido de carbono que estas desprender para que el microclima del invernadero sea favorable y en consecuencia más productivo, además tendremos una fuente de abono natural para nuestras plantas en el mismo sitio ahorrandonos trabajo e insumos externos.
Así queda muy clara la diferencia entre producir animales de manera industrial o criarlos de manera permacultura. De manera industrial puede parecer más rentable económicamente a primera vista, pero en realidad además de inmoral no es rentable si tenemos en cuenta la dependencia de insumos que se necesitan para mantener un gallinero industrial sin importar su tamaño. Cuando analizamos la producción en permacultura teniendo en cuenta que se diseña para buscar la autosuficiencia alimentaria de las gallinas (ahorro de dinero en comida), la felicidad de las gallinas (ahorro en fármacos) y encima aprovechamos la rentabilidad de los servicios que nos brindan aparte de los productos típicos, podemos entender que la comparación no tiene ni sentido.
Al diseñar usando los recursos biológicos, tenemos que tener esto muy en cuenta para no caer en el mismo error que por desgracia podemos observar hoy en día, donde no solo la pérdida de especies y la destrucción de Naturaleza en general se ven de manera evidente, sino que también la pérdida de valores y el declive social están en una situación sin precedentes y nuestra forma más normalizada de explotar a los animales de manera industrial son una prueba más de nuestra decadencia. No podemos olvidar que en realidad la especie humana es un recurso biológico más en la infinitud del Universo.
Escrito por Miguel Ruiz Villalobos
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